Monday, August 18, 2008

Imperfecciones del amor

Desde un principio, desde el punto del tiempo donde sus vidas habían entrelazado, él, con una delicadeza melosa y suave, le había llamado su "rosa de amor".

Y en ese intercambio de galanterías tan usual entre enamorados, ella le llamaba tiernamente, "mi durazno"

Lo que ninguno de ellos había sospechado entonces, fue el macabro final de este idilio. El, alegando que sus pinchos de rosa le incomodaban, se había esmerado durante meses en despedazarlos sistemáticamente entre sus ágiles dedos... Para luego, ya sin defensas y alejado de innecesarias pretensiones, cruelmente arrancarle uno a uno sus suaves y perfumados pétalos.

Cuando la encontré... La dulzura de un durazno destilaba entre los dientes moribundos de su amada.

Mt.

Monday, August 11, 2008

"Todo y nada
se nos da regalado
por los dioses"

Entre la partida y el regreso, se apelotona la nada. Se turban los instantes, se alistan, se hilvanan, como gacela feroz a la huída de la caza desde que sonó el aviso. Al oído afilado le apasiona el apretado celo con que mide la distancia. Avispa para volar descargando aguijonazos dolorosos en la piel... Marcas sangrientas atestiguan su ser aun, palpitar aun... A lo lejos de esta caza. Pero se da la vuelta al espejo, para no verle, para negarle. Y se afirma entonces que se es lo que se es, olvidando ya que no nos vemos mas que en reflejos superficiales que no son el ser que va por dentro.

Por eso nos trasfornamos y escondemos, por aliviarnos la duda. Y si lo niegas, es por no saberle decir que le has imaginado tanto tiempo...

Y si le niego, es por cerrar la puerta que me ofrece, por donde el entrar y el salir sucede de la misma forma, pero con mayor esfuerzo. Alza los brazos hacia ti, y no se cierra un arco, y se le crispan los músculos de tanta espera.

Echar raíces en el viento, es como lograr volar con él sin ya desesperarse... Moldearse y caer, trepar y acomodarse.

Pienso ahora en el cachorrillo que acuné en los brazos, y presiento esa misma dejadez...

Delegando la voluntad propia en la ajena... Puso en mi toda su confianza creyendo que en mi cariño él estaba a salvo. Nunca pensó que yo también soy como él y podría equivocarme y hasta dolerle...

¿Y acaso no es asi como sucede?

En su total delegar en mi, mi voluntad es la suya. Y lo amo y lo atesoro por inercia, con esa cierta desesperación que deriva en responsabilidades.
...

Mt.
Julio, 16, 2008

Wednesday, October 10, 2007

Hace tiempo creí descubrir la sinceridad asentada en el alma; la desnudé de sus futilidades confiando verla en su totalidad, sin velados sentimientos, sin disfraces. Pero olvidé mi condición, mi propia humanidad y mis limitaciones de juicios. Un espejismo de realidad produce equívocos en la misma inteligencia que le indaga.
Deduzco ahora que la búsqueda constante no implica la llegada a un conocimiento final, ni el alcance de magnitudes a las que la condición humana limita. Esa búsqueda, sólo indica quizá una insatisfacción que en cierto modo nos redime, como un aliento cálido que calma las dudas internas con las posibilidades reflejadas en un personal mar de esperanza.

Saludos cordiales

Maite



Separar con los dedos verdad y falsedades, cosa simple fuera si tuvieran principios y finales separados.

Pero cada vez que creo ver un claro extremo, y delicadamente, tiro de él para aclararlo, circunstancias, interpretaciones y atenuantes hacen nudos complicados
y me queda un amasijo de verdades y mentiras sin final delimitado.

Saturday, September 22, 2007

Besos para un niño volador

El niño volador debe mantener sus ojitos atentos, no dejarse llevar por la dinámica tentadora de colores fascinantes y aprender a controlar sus alas aún endebles. No elevarse demasiado: los aviones surcan ese mismo cielo.


No vueles demasiado raso, que las zarpas agudas de fieras camufladas podrían alcanzarte y destrozarte; se cuidadoso, mi niño volador, no hagas piruetas en el aire hasta que tus alas respondan en rápido reflejo a tu mente voladora y tu necesidad de subsistencia tenga prioridad al afán de desplegar tus alas y surcar tus cielos.


¿Sabes? Ese cielo no es solo tuyo. Son tantos los que de él nos hemos proclamado en dueño que imposible será tu vuelo sin cruzarte con otros; y lo más arriesgado, es que todos nosotros, niños voladores, continuamos practicando hasta alcanzar la madurez, y para entonces, nuestras pequeñas alas apenas soportan nuestros cuerpos transformados.

Y tú, te transformas. Ya no eres niño; me has enviado un beso impregnado de Chanel y me gusta su aroma.

Un cuadro de Gris, del Museo del Parque, con tus labios en Chanel. ¡Cómo me gustaría colocar ese cuadro en alguno de mis muros! Pero sé que no es mío y respeto lo ajeno; así que no lo cuelgo en ningún lugar. No, he preferido acercar mis labios a ese cuadro cuando nadie me miraba y posarlos sobre la marca de los tuyos, y llevarme así, desapercibidamente, todo el roce de tu beso.

Libre ya es tu beso de todo cuadro. Libre en mis labios... ¿O acaso así te quedas aprisionado nuevamente?

Deslizo suavemente la yema de un dedo sobre mis labios y no encuentro ya tu beso. ¿Escapaste?


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Toda va por turnos...

la tristeza y la alegría se complacen en
cederse el puesto; con muy fina cortesía se dan cita y hasta en
ocasiones, a la misma hora... tan amigas, me comparten.

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Ovación y vuelta al ruedo; los pañuelos blancos salpican el aire y
tú... los ves... y piensas que se trata de una señal de socorro. No
te alarmes... no pasa nada y mi sonrisa es perenne tras la mueca
dolorosa que asomo por etapas...

El aire del desierto sopla con tal fuerza a veces, que no se puede
ver a mas de un metro... pero toda la estampa que se esconde tras la
arena volátil, asoma inmediatamente de nuevo, tras la tormenta...
sólida y persistente en lo que es... algo polvorienta, pero igual de
hermosa. Todo eso, me resulta conocido... por ello no me ahogo
tomando bocanadas de polvo, sino que cubro mi boca y espero hasta la
calma. Entonces, tranquilamente.... aspiro.

¿Sabes? el sol sale cada día para mí... viene a verme y hasta me llama
por mi nombre. Hoy, me propuso que jugase con él y al negarme, se ha
ido ofendido. Me preguntó el porqué... y solo se me ocurrió decirle
que "quien con fuego juega, termina por quemarse"; me temo que
mañana, me va a tocar quedarme entre las sombras...

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Cuarto creciente

Me compongo, fijo mis pupilas en las curvas de tus labios... observando tu sonrisa complacida, y te descubro mis pensamientos pausadamente.

Después de todo... esos deseos de vislumbrar lo que la piel suele ocultar, es tan natural para el poeta-pensador-escritor-malabarista, como para el pez salmón su nadar-volar contra corriente.

Y ahora, como un pez yo misma... me salgo de mi corriente y me zambullo en la de tus fluidos pensamientos... de cabeza, tomando primero una bocanada de aire que ha de durarme el recorrido... y quiero que el recorrido sea largo; mis propias escamas reflejan el arco iris de tus ideas... tus divagaciones... tu desnudez a flor de letra, hermosas formas en secuencias de luz y sombra, donde tanto cuenta lo que dices, como lo que callas... porque mis sentidos asimilan todo, hasta tu silencio.

El reflejo de tus sueños inconcretos, proyecta ahora una sombra contundente con forma casi descriptible... y atiendo a tu sueño... y su murmullo me alcanza entre el sonido de las burbujas que, descuidadamente, afloran de mis labios. Y me uno a ese murmullo... y no suenan voces sino ideas con ritmo y movimiento y quiero tomar apuntes para recordarlas en mi memoria y estudiarlas... y ver si había lógica en la secuencia de sonidos... y si produjeron eco en mi interior y ya siempre resonarán en mis, casi siempre, ocultos pensamientos.

Y hay ideas en tropel que se superponen... y otras que se apartan al lado porque no se sienten seguras... y esas que, desconfían del mismo significado que representan y pretenden ocultarse, avasalladas siempre, rindiendo pleitesía hipócrita a las que por instinto, saben que tendrá que aceptar todo ser viviente.

Heme aquí, idea en cuarto creciente. ¿Sabré llegar a Luna Nueva?

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Anatomía de "un beso del alma"


Los filósofos nos enseñaron a hacer distinción entre dos cosas muy distintas: la mente y la materia.
La materia, es fácil definirla... es todo aquello que tiene cuerpo sea el que sea. Como humanos, nuestro cuerpo es nuestra forma material.
La mente, la definimos como un ente existente por sí mismo y consta fundamentalmente de procesos sensoriales que se organizan funcionalmente en respuestas perceptivas y conceptuales.
El origen del concepto mente se remonta al mana o poder mágico inherente a los fetiches que según creencia antigua, se instaló o "poseyó" seres humanos. Personalmente, me inclino más a pensar que la mente es la potencia intelectual del alma.
El concepto del alma, se define en términos de sustancia espiritual que de alguna forma vivifica y anima al individuo.
El alma, la tenemos pues ligada a nuestro cuerpo, en una cierta forma de armonía, que nos garantiza la subsistencia temporal... pero transciende y permanece dentro de un mundo inmaterial que ni entiendo ni voy a tratar de definir.

¿Qué quiero decir con todo esto? Nada complicado; el presentaros la simple idea de que hay dos formas de besos:

1- Los materiales, de roces de labios, donde el goce físico es lo importante, aunque nos puede trasladar a un goce también espiritual.

2- Los inmateriales, de roces de alma, donde ese roce de almas sinceras pueden alcanzar a manifestarse activamente en nuestro organismo, produciendo un goce también físico.

Expuesto esto, me atrevo a afirmar, que si bien el beso material (de labios), tiene una fuerte importancia a la hora de manifestar nuestras emociones, presenta un cierto inconveniente: es un beso que lleva consigo una "gratificación instantánea" y que en muchas ocasiones se queda en sólo eso, el disfrute material de la forma física a través de una manifestación física.

El beso del alma, por el contrario, es un roce de almas en candidez mutua... un beso mucho más profundo, pues va a tocar la inherente espiritualidad de nuestro ser: ambas almas se regocijan por un instante en una gloriosa experiencia espiritual... y por su propia
intensidad puede afectar también a nuestro organismo con una descarga de sensaciones materiales que recorrerán el cuerpo sensitivo.



"Un beso del alma"

Despréndome de este cuerpo
que aprisiona mis sentidos;
desnuda queda el alma, libre, limpia...
y vuela hacia a ti, para acariciar la tuya
en pureza expresión de blancas ansias.

Sin cuerpo que incomode, mira lo que soy,
lo que te ofrezco:
este yo casi perfecto,
que transciende al cuerpo y la palabra;

esta sensación
que confundida con tu aire ahora te alcanza...
un invisible gozo que te inunda y te posee,
inmaterial despliegue
de un amor inmenso y permanente.

Besarse han nuestras almas,
en comunión de espíritus
que abrazados se reconocen
vivos y hermanados
en un mundo tan ajeno
a esta forma de entregarse:
todo sensación sin forma,
todo placer sin tacto.

Gozo absoluto,
comunión de almas...
Beso perfecto
sin necesidad de labios.



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Sunday, March 18, 2007

El destello

Tendréis que perdonarme la impertinencia, pero no voy a irme así. Quiero que lo sepáis tal y como yo lo supe.

Llevaba mucho tiempo rondando en mi pensamiento aquella escena que me alcanzó sin previo aviso. Mientras tomaba la desviación de carretera que me conducía a la autopista, en ese triángulo malformado de terreno que servía de acceso a mi izquierda, había llegado a mi cerebro el destello de una imagen. No lo había visto con los ojos, sino con el pensamiento: un hombre tendido sobre la tierra, entre los hierbajos, muerto sin duda a causa de un accidente. Lo vi como un flah fotográfico de luz... Y lo supe real, pero al inspeccionar el terreno con cuidado mientras lo sobrepasaba, no vi nada... Y la escena se repetía en mi memoria con tal persistencia, tantas veces, que ya me costaba trabajo descansar...
Desde aquel día, cada vez que me acercaba a aquel lugar, no lograba evitar el volver a mirar, rebuscando, presintiendo un cuerpo que no lograba descubrir... Inexistente?

Ayer, al repetir mi viaje, y dirigir mi mirada inevitablemente hacia allí, quedé petrificada: una cruz blanca de tamaño mediano señala el lugar; algún familiar había marcado de esa forma el sitio determinado donde un ser querido había perdido su existencia. Es lo que se suele hacer en esta tierra, donde las cruces desperdigadas a lo largo de autopistas marcan el calvario interior de los aceptados por esas tristes despedidas.

Hoy sé que sin saberlo, lo sabía; mi pensamiento había visto ese cuerpo tendido, muerto, ausente ya tras un accidente. Quizás vagaba en el lugar el espíritu maltrecho del accidentado, y yo lo había percibido de esa forma. Por eso, hoy, al pasar por allí, he decidido parar un instante, acercándome a la cruz, pagar así mis respetos a quien me contactó de esa extraña forma...

... Un sobresalto interno ha quebrantado mi espíritu. La cruz blanca, tiene un nombre grabado que reconozco al instante: "Pedro Ruiz, 15 de Marzo, 2007"
Y ante el abrupto anuncio de mi muerte, he de reconciliarme con la memoria del accidente donde perdí la vida.

No resulta fácil comprender las cosas, incluso cuando somos los hilos conductores que las desencadenan. Pero sabed ahora lo que me ha costado tanto comprender: el descanso final sólo se alcanza a través de la aceptación de nuestra propia muerte... Un destello de luz al infinito que ahora logro traspasar...

Mt.

Sunday, February 11, 2007

El Niño y el Hada

En un punto del silencio de la noche,
sueña un niño con un hada de cristal
y al querer acariciarla, fantasía!,
sólo acierta a rozar su soledad.

En el fondo del jardín, entre las sombras,
cree un día distinguir su claridad
y corre ilusionado sobre el césped
por un sueño que ahora piensa, fue real.

Entre tallos de geranios se desliza
un rayito de la luna, por azar
y el niño, con sus dedos lo traspasa
mientras dice en un susurro… ¿Volverá?


-Mt-



Tuesday, February 6, 2007

El Funambulista

Nada tan tenue,
nada tan delicado,
nada tan sumamente
complicado de desenredar,
como el intrigante
hilo de la vida...




Había hecho del equilibrio,
una circunstancia
constante de vida y forma.
Su cuerpo,
un mimbre tierno
flexible hasta el extremo;
su mente,
un acordeón
en notas sinfónicas
fluyendo al ritmo
de ocultas melodías.


Así y todo,
la pasión por lo imposible
lo exaltaba,
y hubo de asirse
a una fibra microscópica
tendida del piadoso cielo,
para continuar trazando
sus delirantes
piruetas conceptuales:


Vivir, volar;

vivir, volar...

Funambulista eterno,

mente y materia.


Vivir, volar;

vivir, volar...

Su letanía,


incluso en sueños:

complicidad.


En esa pasión
que sólo acompaña a la locura,
comenzó a pensar
que nunca alcanzaría
su potencial final
hasta ser enteramente libre.

Su delicada atadura
a la bóveda celeste,
lo encadenaba,
y en un arrebato
que él consideró un signo
de singular magnificencia,
se deslizó
de tan seductora fibra...


Fue su instante de grandeza:
un intrincado balanceo
en el abismo de su mente,
cuando comprendió a destiempo
que todo es relativo:


La vida en libertad,
es la posibilidad
que fluye del reconocimiento
de nuestras propias
limitaciones...


Vivir, volar.

Asir el cielo...

Eternidad.


Vivir, volar...

Rozar el cielo,

besar el mar.


Vivir, volar...

!Todo es un sueño

de libertad!


Mt.

No me gusta ya el café


Bajo mi lengua, el sabor amargo del mal café que tomé con él, me recuerda el inesperado encuentro matutino y esos veinte minutos que obligada me senté a su lado. La sorpresa de su aparición en un lugar que nada tenía que ver con sus costumbres, este ritmo de vida que yo elegí como evasión, me hizo sentir indefensa. Y sin saber reaccionar, acepté su invitación a sentarme y tomar ese café que nada tenía de bueno, como las vibraciones de su presencia, como su mirada profunda e hiriente desde el otro lado de la mesa.


Un simulacro de sonrisa, pintado con obstinación en sus labios, parecía dedicado a querer imponer una especie de calma en mí, como si nada hubiera de preocuparme, y su alegría hubiera de meterse también dentro de mí. “Que cortés lo veo -pensaba observándole- que guapo sigue el sinvergüenza... Y esas manos, ¡malditas manos! Aún me tientan". Desvié la mirada hacia la taza que me había traído del mostrador. No iba a darle la satisfacción de que notase mis aún cálidos deseos.



El hablaba de sus actividades y logros, como sin darse importancia. Pero yo sabía que todo la tenía. Su aparente calma, sus logros laborales, su despliegue de amables modales, su cartera medio abierta encima de la mesa donde sobresalían los números de teléfono de otras mujeres...Todo tenía su propósito y su efecto sobre mí; todo, resultado de estudiada premeditación. Y a pesar de ello, nada podía hacer, sino sentirme fuertemente atraída de nuevo.


Los cinco minutos que me pidió, se convirtieron en veinte. Entonces se disculpó un instante para atender una llamada de su celular y a su regreso, tras terminar el café, sin más preámbulos, me besó y se fue.

No dije nada. Quedé viéndole marchar, sabiendo que esta sería nuestra última despedida.

***

Regresé a casa, y tras una rápida ducha, me acosté. No quería pensar más en él. El sueño, me dije, me haría olvidarle...

Han pasado seis horas y no puedo dormir. Tras mis ojos cerrados se repiten escenas que ya creí olvidadas. Le odio... ¿Por qué vino a mi, cuando ya aprendí a vivir sin él? ¿Y si hubiese cambiado?
Nos habíamos despedido tres años antes, entre gritos de acusaciones y malos sentimientos. Hoy, el encuentro repentino, su aparente tranquilidad y buenos deseos por mí, me devolvían a un estado de confusión del que creí haber salido victoriosa...

***

Extraigo de mi bolsillo un libro miniatura que él olvidó sobre la mesa. Me dio pena; se trata de "Manual del guerrero de la Luz", de Paulo Coelho. La encuadernación es preciosa y mi amor por los libros pudo más que mi desdén por su propietario. Lo recogí y me lo llevé.
Lo hojeo distraídamente, cuando noto unas frases subrayadas y mi nombre, en lápiz, bajo ellas: "En una guerra, la capacidad de sorprender al adversario es la clave de la victoria".

¡Maldición, lo sabía! ¡No hubo casualidad. Como tampoco la hay en su olvido de este libro... Como tampoco la hay en su necesidad de que yo, ahora, lo sepa.

***

Bajo mi lengua, el sabor amargo que me dejó el café, es el mismo que disimuló el veneno que desde mi anillo vertí en su taza.

Paolo Coelho, dice más tarde en su manual: "Aquellos que miran la miseria con indiferencia, son los más miserables". Cierro el librito con una sonrisa de complicidad y me digo que no habrá más miserias por su culpa.

***

Mañana, cambiaré mi ruta. No me gusta ya el café...

-Mt.-

La Charca Negra.

Me habían contado del efecto de la charca... Del agua negra, espesa y maloliente que todos en la aldea se cuidaban de no pisar. Como una balsa de aceite resbalosa, permanecía ajena a las inclemencias del tiempo, desafiante, esperando un alma inocente en que cebar su embrujo. Y yo, recién llegada, la miraba con un cierto desafío, medio intrigada, medio riéndome de lo que yo pensaba era una historia de las tantas que se crean en las mentes de los seres encerrados en unas vidas tan pequeñas que de algo tienen que ocuparse.

Así era yo en aquel entonces, arrogante... Antes de sentir sobre mí el peso de su influjo, antes de que mis ojos se cerraran a la vida.



Conocer a Manuel, fue un regalo inesperado del verano en que llegué... Conocerle y enamorarme; aún recuerdo el dulce sentimiento que todo embargaba en esos días y nuestras salidas en alegres caminatas donde las florecillas silvestres hilvanaban a puntadas una felicidad llena de sutilezas. Pero fue Manuel, quien me advirtió un día, casi arisco ante mis preguntas, que no me acercase a la charca. Y yo, rebelde por naturaleza, quise demostrarle entonces que no había motivo para creer en maleficios...



Todo sucedió apenas sin darme tiempo a comprender lo que pasaba. O quizás, no había posibilidad de entender, porque así es la naturaleza de los oscuros fenómenos que se producen cuando el infierno se escapa a través de una puerta que alguien abre sin saber.



Esa mañana, salimos de excursión de madrugada, esperando llegar al río antes de que el calor apretase. Hay un lugar donde se forma una piscina natural, semioculta entre grandes rocas... Nuestro preferido lugar donde bañarnos, pues allí, raramente alguien se aventura. En el descenso, a la salida del pueblo, había que pasar al lado de la charca... Y yo, desafiante, rocé los desnudos dedos de mi pié en ella....



Manuel me miró atónito, pues mis rápidos movimientos no le habían dado tiempo a detenerme y el grito que escapó de mi boca heló su mirada y quebró el ambiente.



Sé que entonces, algo hizo presa de mí. Que vi el infierno... Y supe que mi destino era ya tan negro como la charca.

Manuel me sacó del estupor en que había quedado, mientras tirando de mi mano, me alejaba de allí y continuábamos el descenso.



Caminaba por inercia... Sintiendo un dolor opaco ascender por mi pierna..., y extenderse..., y apoderarse de todo mi ser. Y cuando por fin llegamos..., y lavé mi pie en el agua fresca... Sentí como si entonces, fuese mi piel quien prestara un color amoratado a esas aguas.



Nos tendimos en las rocas... Y Manuel me besó; quedé dormida... Y al despertar, mi mundo había cambiado de rumbo para siempre.





Encontraron a Manuel ahogado, tres millas río abajo; en su mano cerrada, un trozo de mi vestido que nadie reconoció. Y en su estómago, una marea de aceite negro, inexplicable, que le había arrastrado al fondo de la alberca.


Yo, había perdido la vista y durante días, había deambulado intentando orientarme; pero nada me era familiar.... Y solo recobré memorias a través de lo que otros me fueron relatando.


Hoy, me muevo en la oscuridad con la soltura del murciélago que todo intuye sobre su piel viscosa... Y busco otros besos..., y otras bocas donde verter el contenido de mis labios..., y me transformo en lo que quiero..., y conquisto... Y vivo en esos otros, lo que ya nunca podré vivir en mí...


Y hay noches cuando la charca grita mi nombre... Y yo... Me sumerjo en ella... Y logro ver mundos llenos de seres como yo...
Ven...

Mt.

Viajando hacia ti//Un vuelo a lo imposible .

"Esperanza"

La oscuridad rodea
mi cuerpo esquivo;

ansío el amanecer
con nerviosa incertidumbre
y me aferro de nuevo
a tu recuerdo...
mi único y frágil
pasaporte.

No puedo prepararme;

no hay brújula
que me indique
tu dirección...
ni mapa,
ni equipaje válido.

Guardo celosamente
un gran manto de esperanza
que me cubre
y me resguarda

y en esta penumbra
que el sol resquebraja a tiras
me entrego silente
a escuchar al viento;

pienso que te escucho
y sueño que te siento...
y duermo unos instantes
a la vera de tu aliento.

Ah!
Si yo me sé tan tuya,
si te tengo aún tan dentro
podré, sin duda,
hallarte
desde el más lejano
cielo.

Y se pliegan ya mis ojos
cuando así te siento... adentro

y descanso ya,
a tu lado
a pesar de estar
...tan lejos.



"Deseo"

Amanece en el confín de mi mundo.

La mar estalla en la roca dura
y con su ruido de canto,
mi deseo despierta...
con apetito de ti.

Mis dedos, en plácido tacto...
cuidadosamente inspeccionan cada perla...
cada curva engarzada
en estas alas de imposibles.

Todas tienen su lugar... su sitio...
la perfección tatuada de mi amor por ti.

Ya nada me retiene...
tu recuerdo me libera de cadenas ociosas;
una última mirada se me pierde en agonía.....
un último adiós a lo ya ido...
y mis ojos se alzan
y mi alma se eleva
y mis alas me llevan
a un rumbo incierto...

Pendiente de ti...
la vida se me crece
y con esas ansias
el vuelo es fácil
y la distancia
un espacio sin sentido
que caerá desconcertado
en la imperceptible bruma
de una mañana
transformada en noche..

y de una noche, confundida en día...
por arenas deslizándose entre mis dedos...
por horas, que ya no dirán nada.

La brisa acaricia mi rostro...
y pienso en ti,
en tus manos...

y el volar es placer
sintiéndote conmigo.



"Miedo"

El viento ha desatado su furia en mi costado.
Avanzo lentamente con la angustia en mi rostro;
temo el rugido que despide mi cuerpo a su contacto
y la lucha creciente de mi voluntad y la suya.

Apenas logro ver entre el marrón del polvo que me ciega.

Busco una luz a la distancia... una claridad que me guíe
mas sólo el corazón puede guiarme
cuando todo se ha enturbiado.

Una pequeña perla se ha deslizado a mi mano...
la oprimo con mis dedos...
pues sé que sin ella,
el total de mi fuerza puede disgregarse.

Somos parte del todo, con el todo...
una perla, una lágrima, un instante;
tal es la vida que se cierne
a la débil calavera que ocultamos.

Presiento un final amargo
y en temor de lo que viene,
me aferro a la vida.

Desciendo, despacio
desciendo
sin luces
sin ojos
sin
ti.
*
*

Monday, December 11, 2006

Llegó a la vida arrastrado del cordón umbilical, certero salvoconducto obligatorio... Pero traía en su espalda una clara abertura a todo el universo.

Los cirujanos expertos, quisieron cerrar esas puertas hábilmente. Creyeron ganar batallas definitivas, y la tranquilidad comenzó a posarse sobre nuestros corazones.

Un día, ante la sorpresa de todos, se descubrió que la distancia entre su punto de llegada y el de partida era nula. El, incapaz de vertirse sobre un mundo lleno de imperfecciones, se fugó desde su epicentro al resto de las creaciones.

***

Como una gotita de agua, apenas dejó rastro de su paso. Pero en la memoria perdura la tristeza de no haber sabido retenerle.

Lo había acunado apretadito contra mi pecho, como un saquito de deseos repleto de futuras promesas... De pronto, fue un pozo vacío y negro donde naufragamos todos. Y hoy, la continua marejada en que quedamos, continúa calladamente azotando nuestras vidas.

***

El tiempo, dicen, es el mejor aliado: cura las heridas. Pero una grieta profunda dentro del alma, no desaparece. Se aprende a vivir con ella, y se llega a una aceptación de hechos que conducen a ciertas aguas mansas. Desde aquí, la partida de Rainer se me antoja ahora como su decisión personal: su prerrogativa hacia la perfección...

Que seas feliz, pequeño mío...

Maite
(En el primer aniversario del nacimiento de Rainer Mathew, mi ángel espina bífida)

Saturday, January 1, 2000

Querido amigo,

Tu corres tras la pelota, empapando bajo la lluvia tus pensamientos que proliferan en parábolas e hipérboles, dando frutos que sacian apetencias inconscientes o disfrazadas de olvidos perpetuos en rincones imperceptibles; rincones que fundamentan cimientos mal diseñados para un campo de deporte que creíste de recreo y ahora, te das cuenta que, desde las gradas, te observan... Y el recreo, no es tal cosa... Es un trabajo constante que no se juzga
por el gusto, sino por el gasto... Y no es "recreo", sino "creo que es"... O "que pueda ser", si tienes suerte y el observador anónimo que obsesivo no te quita ojo pegado a sus binoculares último modelo, se olvidara de ti por un momento y tú pudieses actuar a tu antojo al amparo del anonimato temporal.

Y es que el hoy, se hace mañana y no hay distancia posible entre tus pensamientos o los de otros, cuando todo se confunde dentro del cerebro universal del ayer de todos. Que somos menos si aun se puede ser menos, pero somos más, cuando el espacio se pierde en la línea perfecta del océano besando en suave silueta un cielo imperturbable a sus caricias; pero llega el sol en rojizo descenso y entonces, sucede lo previsto: océano y cielo, un
rojo desgranado en estallidos que prolonga el esplendor sobre las aguas... Y su sangre, mi sangre, y su hechizo de fuego, el brillo de miles de ojos que por un momento dejan de soñar para sentir la realidad palpable de un sueño de otros dioses.

Y yo... Me sonrío ante las muecas de asombro de tu vecino, que se pregunta por qué tu hablas a un gato del otro lado del mapa... Y aun no le diste a él (hombre de carne y hueso) la apropiada felicitación del Año ya entrado.

Y yo... já! sonrío feliz...

Feliz Año Nuevo!